23 septiembre 2005

UNO DE CADA CUATRO ALUMNOS SUFRE ACOSO ESCOLAR

[El acoso escolar, que, como se sabe, recibe también el nombre de bullying (cfr. # 030), continúa siendo una amenaza real dentro de las aulas. Raro es el día en que no aparece alguna noticia en los medios de comunicación sobre este tipo de violencia en los colegios e institutos. No es exageración. Un dato de hace pocos días: la psicóloga Fuensanta Cerezo Ramírez, en la conferencia que dió el día 19 de septiembre en la I Jornada sobre la Violencia en la Enseñanza organizadas por el Colegio de Psicólogos de Madrid, afirmó, entre otras muchas cosas, que “los episodios de bullying se dan diariamente en más del 50% de los centros escolares”; comentó también la indudable influencia negativa de ciertos programas de televisión y de otros sistemas de entretenimiento. Podemos pensar, por ejemplo, en la incidencia que evidentemente tienen los videojuegos ultraviolentos (cfr. #205).
En el artículo que ahora publicamos se hace referencia a un estudio elaborado por el Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo a partir de 5000 encuestas realizadas en 222 aulas (Primaria, ESO y Bachiller) de centros públicos y privados de la Comunidad de Madrid. Los expertos que lo han realizado son Iñaki Piñuel, especialista en acoso pisológico y director de los Estudios Cisneros, y Araceli Oñate, responsable del trabajo. Reproducido de ABC (Madrid) (19-IX-2005).]

#210 Educare Categoria-Educacion

por Iñaki Piñuel y Araceli Oñate

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El 24 por ciento de los alumnos de entre 7 y 18 años se encuentran en una situación técnica de acoso escolar, un porcentaje que se dispara por encima del 40% en el caso de los alumnos de segundo, tercero y cuarto de Primaria, es decir, niños de 7, 8 y 9 años.

Así se desprende del informe sobre violencia y acoso escolar en alumnos de Primaria, ESO y Bachiller elaborado por el Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo. Iñaki Piñuel, experto en acoso pisológico y director de los Estudios Cisneros, y Araceli Oñate, responsable del trabajo, han presentado hoy en Madrid los resultados de este informe, realizado a partir de 5.000 encuestas en 222 aulas de centros públicos y privados de la Comunidad de Madrid.

El estudio ofrece una clara diferenciación en las tasas de acoso escolar según el sexo y la edad de los niños. De él se desprende que ellos sufren mayores tasas de acoso -un 26,8% frente al 21,1% de las niñas- y también que la posibilidad de ser acosado es mayor cuanto menor es la víctima.

En este sentido, el informe recoge la relación inversamente proporcional entre la edad del niño y la tasa de acoso. Así, la tasa de acoso entre los niños de 7 años es 7 veces superior a la tasa de acoso de los mayores -43% frente a 6%-. También existen diferencias en el tipo de acoso que reciben niños o niñas. En los varones es más frecuente el empleo de motes, pegar collejas o patadas, reírse cuando se equivoca, empujarles o amenazarles. La conducta que más se emplea hacia las niñas es meterse con ellas para hacerlas llorar o aislarlas para que no jueguen con ellas.

Según explicó Iñaki Piñuel, el acoso que reciben los niños es más físico y menos verbal, predominando el patrón de la intimidación. Sin embargo, el acoso que reciben ellas se centra en lo verbal y en reducir socialmente a la niña. La más grave de las consecuencias de estas situaciones de acoso, advirtió Piñuel, es el síndrome de estrés postraumático, una situación que suele ser más frecuente en las niñas y que padecen un tercio de los acosados. Este síndrome provoca síntomas como no querer ir al colegio, llanto incontrolable o pesadillas y miedos en el que se recuerda la violencia sufrida.

Otros efectos se refieren al riesgo de suicidio, que aparece en el 15% de los niños acosados, o los cuadros de depresión y somatización con aparición de temblores, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, trastornos del apetito o bloqueos. Además, muchas de las víctimas presentan una disminución de la autoestima como consecuencia de la situación de acoso, una imagen negativa de sí mismos y síntomas de indefensión.

ACOSO CONTINUADO

Uno de los datos que más preocupa a los autores del informe ha sido la constatación de que muchas de las víctimas llevan tiempo sufriendo acoso. Un 22% dice que desde hace meses; un 24% que durante todo el curso y un 16% señala que siempre se ha sentido acosado. Esta realidad, aseveró Piñuel, pone de manifiesto que los casos de acoso escolar no se están atajando a tiempo. "Es un problema sobre el que no se está interviniendo y que se banaliza", denunció. "La violencia", añadió, "se puede y debe medir".

En este sentido, el director de Estudios Cisneros presentó el "test Cisneros", una herramienta que permite medir la violencia que sufre un menor en el ámbito escolar y que se ha puesto a disposición de todos los agentes implicados en la educación de los niños.

NO HAY PERFIL DE VÍCTIMA

En la presentación del informe, los autores del mismo incidieron también en la necesidad de desterrar falsos mitos que existen sobre el acoso escolar y la predisposición de un menor a ser víctima. Sobre esta cuestión, advirtireron que "cualquier niño puede ser objeto de acoso", desmintiendo la creencia de que niños con baja autoestima o que no se relacionan tienen más posibilidades de convertirse en acosados. "Hay que romper el mito de que los niños acosados son distintos y poner el foco en los acosadores", añadió Araceli Oñate, directora del estudio.

Entre todos estas cifras de violencia el documento recoge un dato "esperanzador": el hecho de que un 25% de los que presencian la violencia la paran o la impiden. Según los expertos, la mejor forma de atajar el acoso en las escuelas es trabajando en el grupo y haciendo que sean ellos mismos los que aprendan protocolos de buen trato y rechacen cualquier forma de acoso a otro alumno. También hay que intervenir en la actitud de adoptan los adultos cuando un niño asegura ser acosado por sus compañeros. Lo correcto sería ofrecer el apoyo incondicional al menor y dejarle claro que él no es culpable de lo que le ocurre.

Según los expertos, son cinco los mensajes incorrectos que los adultos lanzan a un menor víctima de acoso. Trivializar el hecho -"no hagas caso", "será una broma"-; negarlo -"eres un exagerado"-; compararse -"eso también me ha pasado a mí", "le pasa a todo el mundo"-; creer que es necesario aprender esas conductas -"eso te hará más fuerte"-, o animarle a defenderse. "Todos esos mensajes tóxicos dejarán al niño desarmado, más aún si vienen de sus propios padres", advirtieron. Por último, sobre la incidencia para acosados y acosadores de esas conductas de cara al futuro, advirtieron de que muchas de esas conductas se repetirán en el futuro en los distintos ámbitos de trabajo y familia si no son tratados. "El 60% de los acosadores", concluyó Piñuel, cometerá un delito antes de los 24 años".

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