25 agosto 2005

INVESTIGACIÓN CON CÉLULAS MADRE

[Gracias a la medicina regenerativa se vislumbra todo un panorama en el que será probable la curación de órganos vitales y otras partes del cuerpo humano por medio de células madre. Sin embargo, si éstas provienen de embriones humanos, surgen graves inconvenientes de carácter ético. La destrucción de seres humanos con el fin de extraer de ellos células madre es inaceptable desde el punto de vista ético. El autor de este resumen informativo de MercatorNet es el Dr. Amin Abboud, médico y experto en Bioética; profesor de la Universidad de New South Wales, de Sydney. Además, dirige el Australasian Bioethics Information, un banco de noticias sobre el ejercicio ético de la medicina y de la investigación médica.]

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#203 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

por Dr. Amin Abboud
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¿De dónde surge la controversia?

Los profanos en la materia están desorientados y confusos sobre la cuestión de las células madre: blastocistos, mórulas, mitocondrias, citoplasma y muchas otras palabras son términos que ni siquiera aprendieron bien en las Ciencias Naturales del bachillerato. Pero no se necesita ser biólogo para entender la importancia de la controversia suscitada, en la esfera de la ética, por la investigación con células madre y que ahora ocupa los titulares de la prensa en todo el mundo.

La cuestión primordial es ésta: ¿se deben poner cortapisas a la medicina regenerativa? Gracias a esa ciencia se vislumbra todo un panorama en el que será probable la curación de órganos vitales y otras partes del cuerpo humano por medio de células madre. Se está invirtiendo mucho dinero y esfuerzo de investigación en esa ciencia. Pero, como sucede con cualquier avance técnico, la medicina regenerativa no es una ciencia indiferente desde el punto de vista ético. Hay que preguntarse de dónde proceden esas células madre. Si lo hacen de embriones humanos, entonces surgen graves inconvenientes de carácter ético. La destrucción de seres humanos con el fin de extraer de ellos células madre es moralmente inaceptable. La vida humana, incluso en su estado embrionario, no puede ser sacrificada ni siquiera en aras de una investigación que permitiera en un futuro curar enfermedades ahora incurables.

Una introducción breve a las células madre:

Normalmente una célula de la piel sigue siendo una célula de la piel mientras permanezca viva. Lo mismo sucede con las células nerviosas y otras. Las células madre, sin embargo, son células que pueden transformarse en otra clase de células, por ejemplo, en células del corazón, de los músculos, de la piel, etc. Son, por así decirlo, madres que engendran hijas, es decir, células distintas entre sí. Las células madre por antonomasia son las embrionarias porque pueden transformarse en células de cualquier tipo. Por esta razón es posible que sirvan para tratar algunas enfermedades, ya que pueden desarrollarse en direcciones distintas.

La ciencia de las células madre está dando sus primeros pasos y los científicos no cesan de hacer nuevos descubrimientos. Hoy día se habla principalmente de dos clases de células madre: las adultas y las embrionarias. Las primeras se pueden extraer de un tejido corporal sin dañar al paciente. Se llaman adultas porque proceden de un organismo plenamente desarrollado, que podría ser o bien el de un adulto, o bien el de un niño o, incluso, el de la placenta de un neonato. Las embrionarias se extraen de embriones en un estado de gestación temprano mediante técnicas que destruyen el embrión. Además hay todavía otro tipo de células madre, las embrionarias germinales, que proceden de fetos abortados. Se piensa que éstas tienen casi las mismas potencialidades que las que se entiende habitualmente por células madre embrionarias.

Este escrito pretende esclarecer si la utilización de células madre embrionarias es moralmente buena o mala. Aunque también el uso de células madre adultas plantea problemas morales, como cualquier tratamiento médico, no es menos cierto que la utilización de células madre embrionarias es siempre moralmente reprobable, puesto que implica la destrucción de embriones.

Las posibles ventajas del tratamiento con células madre

Se podría considerar la terapia con células madre como una especie de transplante (de órgano) de naturaleza microscópica. Cuando se inyectan en el cuerpo, las células se desplazan hasta el tejido dañado y lo regeneran o lo curan. Entre los posibles beneficiarios de terapias con células madre están los enfermos de Parkinson, los diabéticos, los que sufren lesiones de médula espinal, los enfermos del corazón y de cáncer.

Pero todavía no se puede aventurar nada respecto a estas terapias. Incluso los defensores acérrimos de la investigación con células madre embrionarias han reconocido que todavía se necesitan muchos años para poder aplicar esas terapias con un mínimo de éxito. Las enfermedades aludidas son complejas y su curación no es sencilla. Comentarios entusiastas sobre la posibilidad teórica de curar esas enfermedades frecuentemente ignoran que son necesarios muchos años de trabajo intenso en los laboratorios para encontrar terapias que son prácticas, seguras y asequibles. Se debe tener un optimismo que sea realista.

Es necesario destacar que la única terapia que por ahora ha funcionado es la que se basa en el uso de células madre adultas. La investigación con células madre embrionarias todavía no ha conseguido dar con una terapia que haya mejorado la salud de paciente alguno: por ahora, el éxito es nulo.

Obtención de células madre embrionarias

Los embriones humanos no se pueden obtener fácilmente. Actualmente hay tres maneras: embriones sobrantes del tratamiento de fecundación in vitro (FIVET), embriones que se forman en el laboratorio con óvulos y esperma procedentes de donantes y, finalmente, embriones que se clonan a partir de células somáticas, es decir, del cuerpo.

Se permite que el embrión se desarrolle durante un período que va de 5 a 7 días tras la fecundación y después se lo divide en las distintas partes que lo componen. Por supuesto, se mata al embrión en el proceso. Las células madre se colocan en cultivos donde se multiplican a gran velocidad dando lugar a colonias o agrupaciones de células. El paso siguiente consiste en estimularlas a que se conviertan en células del tipo deseado, por ejemplo, en células del corazón, del páncreas o del cerebro. Programar las células para que se diferencien unas de otras es la clave con la que intentan dar multitud de investigadores, a base de un gran esfuerzo, en todo el mundo. Por ahora los logros alcanzados son muy limitados.

Algunos científicos consideran que los embriones congelados que provienen de tratamientos FIVET, al igual que los embriones que surgen en los laboratorios a partir de óvulos y esperma donados, son útiles para la investigación de los misterios asociados al desarrollo del embrión y a los desencadenantes de las enfermedades genéticas. Sin embargo, actualmente es altamente improbable que puedan servir para encontrar remedios curativos. El problema radica en el hecho de que las células madre embrionarias no tienen la misma composición genética que los pacientes a los que se las aplica y, por tanto, son rechazadas por ellos. Esto sólo se podría evitar mediante la administración a los pacientes de medicinas anti-rechazo.

Por consiguiente, la opción preferida por la mayoría de los científicos consiste en formar embriones nuevos por medio de la clonación. Es el mismo método que se utilizó para clonar a la oveja Dolly. Esto implica que se forman deliberadamente embriones con el único fin de extraer sus células madre, un proceso que se califica comúnmente como “clonación terapéutica”. Esta denominación es claramente un eufemismo, pues la clonación no es terapéutica para el embrión. Algunos científicos y empresas de biotecnología auguran que la clonación de embriones marcará el comienzo de una nueva era, la de la “medicina personalizada”, en la que los tratamientos se harán a medida para cada paciente. Por supuesto, la consecuencia de todo esto es que se permitirá a los científicos montar “granjas de embriones” a escala industrial.

La falta de disponibilidad de óvulos humanos limita las posibilidades de la clonación “terapéutica”. Los óvulos disponibles son escasos y caros ya que son pocas las mujeres dispuestas a sufrir el dolor, la molestia y el riesgo para su salud que conlleva la obtención de óvulos. Si los óvulos se empiezan a comercializar, la consecuencia es clara: se explotará a las mujeres pobres. Por esta razón muchas feministas se oponen a la clonación “terapéutica”. Otra consecuencia, en el marco de la escalada de complicaciones morales asociadas a la investigación con células madre, viene dada por la posibilidad, sugerida por algunos investigadores, de formar embriones híbridos entre vaca y hombre o entre conejo y hombre a base de utilizar óvulos de animales.

Células madre adultas y medicina regenerativa

Las células madre adultas son las únicas que han dado resultados positivos en un entorno clínico. De hecho, estas células se han utilizado durante más de 30 años en transplantes de médula espinal, por ejemplo. En estos últimos años, los científicos han descubierto además que existen células madre adultas en muchas partes del cuerpo humano: el cerebro, la médula ósea, la piel, la grasa, etc. La utilización de estas células ha tenido un gran éxito inicial pero todavía no ha surgido ningún tratamiento terapéutico que haya superado todas las barreras que hay que salvar para que pase a ser un tratamiento clínico aceptado por las garantías que ofrece.

Se solía pensar que las células madre embrionarias tenían más posibilidades que las adultas porque son más fáciles de identificar, aislar y extraer; porque se obtienen más fácilmente; porque crecen más rápidamente y con mayor facilidad en el laboratorio; y porque son más “plásticas”.

Sin embargo, todos estos argumentos han resultado ser falsos. Las dos primeras afirmaciones son confusas. El desafío de identificar y aislar células madre adultas está siendo superado. Varias empresas de biotecnología han desarrollado patentes de métodos que facilitan el aislamiento y la extracción de células madre adultas. Y aunque cada tipo de célula madre adulta presenta problemas específicos, los investigadores han identificado condiciones que permitirían que algunos de estos tipos de células se multiplicasen por mil millones en unas pocas semanas.

La razón principal que se alega para la utilización de células madre embrionarias es que éstas son más “plásticas”, es decir, susceptibles de transformarse más fácilmente en otros tipos de células. Aunque esto es cierto, la tecnología está evolucionando tan vertiginosamente que sería temerario afirmar que las células madre adultas no acabarán originando cualquier tipo de células somáticas. El Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos ha observado que “el campo de la biología de las células madre está evolucionando a un ritmo asombroso, de tal manera que cada semana que pasa se documentan nuevos descubrimientos en las publicaciones científicas”.

Si bien es verdad que las células madre adultas no son tan del todo “plásticas” como las embrionarias, lo son suficientemente para cualquier aplicación práctica. “Estos tejidos adultos no parecen ser tan restringidos en su potencialidad como solíamos pensar”, dijo Dennis Steindler, catedrático de Neurociencias y Neurocirugía de la Universidad de Tennessee-Memphis. “En algunos aspectos no ofrecen tantas posibilidades como las células embrionarias, pero en cuanto hayamos descifrado su genética molecular, deberíamos de ser capaces de estimularlas a transformarse en prácticamente cualquier cosa que queramos”.

Por otra parte, algunos investigadores están obteniendo resultados prometedores al trabajar con células madre adultas que comparten con las embrionarias la capacidad de transformarse en cualquier clase de tejido. Tres científicos han publicado recientemente trabajos, revisados por expertos, que indican que las células madre adultas pueden ser tan maleables como las embrionarias. Catherine Vefaillie, de la Universidad de Minnesota, está investigando sobre células madre de médula ósea poco conocidas; Alan Mackay-Sim, de la Universidad de Griffith de Brisbane, está centrado en las células nerviosas de la nariz; y Douglas Losardo, de la Universidad de Tufts, ha descubierto que la médula ósea origina nueve tipos de tejido. Por muy extraño que pueda parecer al profano en la materia, la anatomía del cuerpo humano todavía no ha sido clasificada por completo a nivel celular; puede que haya otras células que sean susceptibles de transformarse en muchas clases distintas de tejidos.

Las campañas orquestadas por los medios de comunicación dan a entender que no hay alternativa posible a la investigación con células madre embrionarias. Esto no es más que un engaño propalado por agentes con intereses creados. Nadie tiene derecho a destruir embriones para llevar a cabo esta investigación. Se debería avanzar en la investigación con células madre adultas ya que ésta es moralmente aceptable por no implicar la destrucción de embriones y, además, proporciona resultados positivos.

Células madre y clonación

La investigación con células madre embrionarias prepara un terreno abonado para la clonación. Como ya se ha visto, para atajar el problema del rechazo inmunológico, los defensores de terapias basadas en células madre embrionarias tendrán que clonar embriones. Aunque casi todos los científicos se han comprometido a no permitir que esos embriones clonados se desarrollen hasta convertirse en bebés, esta posibilidad no debe descartarse, puesto que bastaría implantar esos embriones clonados en el útero de una mujer para que eso ocurriera. Bastantes científicos sin escrúpulos ya lo están intentando.

Además, casi todos los científicos que quieren trabajar con células madre embrionarias concuerdan en no tener ninguna objeción moral a la eufemísticamente llamada clonación terapéutica. Se limitan a afirmar que genera riesgos para el niño clonado. En sus directrices para una investigación ética con células madre, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (mayo 2005) simplemente afirma que “los intentos de formar un niño por medio de la transferencia nuclear o clonación son en la actualidad éticamente objetables puesto que, sobre la base de la experiencia obtenida con otras especies de mamíferos, producir un niño podría requerir cientos de embarazos y, además, se podrían generar muchos fetos anormales en avanzado estado de gestación”.

A día de hoy, esto es sin duda cierto. Pero los expertos en la ciencia veterinaria están trabajando mucho para resolver estos problemas y se espera que finalmente su investigación se aplique con éxito a la cuestión de la clonación humana. Cuando eso suceda se romperán los hilillos sutiles de los que penden las objeciones éticas que todavía frenan a los investigadores. A no ser que se pueda poner fin a la clonación de embriones, la clonación de niños será inevitable. La única distinción, por lo demás precaria, entre clonación terapéutica y clonación reproductiva radica últimamente en la intención del laboratorio que produce los embriones. Algunas parejas norteamericanas ya han pedido públicamente que se clone a sus hijos muertos. Los juristas han aventurado que si hay un derecho constitucional a la reproducción, debe de haber un derecho constitucional parejo a disponer de los medios que hagan esa reproducción posible, incluso si este derecho comporta la clonación.

Implicaciones éticas de la investigación con células madre

La cuestión de la investigación con embriones no es primordialmente una cuestión religiosa. Es sobre todo una cuestión de derechos humanos. Además, se trata de discernir lo que es ciencia rigurosa de lo que no lo es. En este campo es precisamente la ciencia que respeta los derechos humanos la que ha cosechado todos los éxitos. La religión esclarece esta cuestión al subrayar la importancia y alcance de la dignidad humana tal como es revelada en la Biblia o en el Corán. Pero no es necesario ser creyente para darse cuenta de que la manipulación y destrucción de embriones conllevan graves implicaciones morales. Dado que los embriones constituyen una forma temprana de vida humana, los principios que determinen cómo se los trata repercutirán en las otras fases de la existencia humana. Pero de lo que se trata en definitiva es de hacer una ciencia rigurosa y éticamente válida, es decir, respetuosa con los derechos humanos.

El debate en torno a las células madre embrionarias es feroz y emocional. Pero es importante tener en cuenta los siguientes puntos:

  • No es éticamente correcto destruir un embrión humano. La destrucción de una vida humana inocente no es justificable en ningún caso, ni siquiera para salvar otra vida humana. A menudo se arguye que los embriones son tan pequeños que no pueden ser humanos y, por tanto, se los puede utilizar como material de investigación. Pero el tamaño no es un buen criterio a la hora de fijar la naturaleza de las cosas. Si se acepta la teoría del “Big Bang”, el universo entero fue en su origen más pequeño que el punto al final de esta frase: ese puntito inicial contenía ya todo. De igual modo se dice que los embriones carecen de humanidad porque no pueden sobrevivir fuera del útero materno. Aunque esto es verdad, no es menos cierto que el físico más famoso del mundo, Stephen Hawking, está en silla de ruedas y ni siquiera es capaz de hablar ya que padece la enfermedad de Lou Gehrig; no puede vivir sin sus cuidadores y, sin embargo, nadie cuestiona su humanidad.
  • Las células madre embrionarias pueden provocar cáncer. Son muy “plásticas”, pero es esta misma plasticidad, que en sí es buena, la que las predispone a convertirse en células malignas. Esto es un motivo de verdadera preocupación incluso para los que apoyan la investigación con embriones. El director de la publicación “Journal Stem Cells” (Revista de Células Madre), en el número de septiembre de 2001, hizo la sorprendente afirmación siguiente: “Sigo pensando que las aplicaciones clínicas no llegarán hasta dentro de mucho tiempo. Antes de que se plantee la utilización clínica de células madre embrionarias y fetales, será necesaria una investigación exhaustiva del potencial maligno de las células madre embrionarias”. Parece que las células madre adultas son más estables que las embrionarias y no tan propensas a originar tumores.
  • No es necesario utilizar embriones. Se está demostrando que las células madre adultas constituyen una alternativa viable. Por ejemplo, la sangre del cordón umbilical y la de la placenta son ricas en células madre. Los científicos han descubierto células madre en prácticamente todos los órganos principales de adultos, incluido el cerebro. Como ya se ha visto, esas células se han aplicado con éxito a algunos tratamientos, mientras que las embrionarias sólo ofrecen un potencial teórico para curar. Este punto debe resaltarse: mientras que de hecho se han obtenido muchos logros en los últimos años gracias a las células madre adultas, la curación de pacientes por medio de tratamientos con células madre embrionarias está por demostrar.
  • Todavía falta mucho tiempo para que la investigación con células madre embrionarias dé frutos. Aunque las campañas orquestadas por los medios de comunicación, en ocasiones promovidas por científicos ávidos de popularidad, suelen pronosticar que se encontrarán curas para muchas enfermedades en tan sólo de 5 a 10 años, esto es muy poco probable. Raya en lo criminal dar a los enfermos falsas esperanzas sobre la inminencia de ciertas curas.
  • El uso de células madre adultas elimina el problema del rechazo inmunológico que es concomitante al uso de las células madre embrionarias. El cuerpo humano reconoce inmediatamente los tejidos extraños que le son implantados y trata de matarlos. Al usar células del propio cuerpo, se evita el problema de la incompatibilidad.
Investigación con embriones y dignidad humana

Investigar con embriones es investigar con personas embrionarias, lo cual niega la dignidad del embrión humano. El embrión humano es un ser humano viviente y distinto; y tiene derecho a la protección que merece cualquier otro ser humano. La vida humana comienza con la concepción (o fecundación). Por tanto, al embrión humano, independientemente de cómo se haya formado, nunca debe tratárselo como medio para alcanzar un fin. Tiene el derecho a la vida y al respeto. En cuanto comienza el desarrollo embrionario, se forma un ser humano identificable y distinto al que no se debe manipular de una manera puramente instrumental. Por este motivo debería prohibirse totalmente cualquier tecnología o procedimiento terapéutico que suponga la destrucción de un embrión humano.

Los que aducen que un embrión congelado sobrante de tratamientos FIVET morirá de todas formas no entienden esta cuestión. Las parejas que acudieron a este tratamiento lo hicieron con vistas a la implantación, es decir, a originar la vida. Que existan embriones sobrantes es un motivo serio de preocupación. Se trata de una chapuza científica resultante del tratamiento FIVET. Pero no se deberían empeorar las cosas experimentando con embriones. Se necesita encontrar una salida más humana al dilema ético de los embriones sobrantes de tratamientos FIVET. Una posibilidad es la adopción. Si ésta no es posible, entonces se puede dejar morir a los embriones con dignidad.

La experimentación con embriones les deniega su derecho fundamental a ser tratados dignamente. Quizá sea difícil de entender esto, pero un ejemplo histórico ayudará a comprenderlo. No hace mucho se descubrieron en Austria, en la consulta de un médico famoso, partes de los cuerpos de cientos de bebés y de niños. Él se las apropió en el período que va de 1940 a 1945, durante la ocupación Nazi, y las utilizó en sus investigaciones médicas. Cuando afloró este hecho los austriacos se indignaron. Las autoridades no argumentaron que los niños, al fin y al cabo, ya estaban muertos y que se podrían obtener preciosos conocimientos a partir de sus órganos vitales. Al entierro público de los restos mortales de esos niños asistieron multitudes enormes de personas condolidas. El caso de los embriones inermes es análogo.

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Referencias de interés en Internet

Fuentes alternativas de células madre pluripotentes
del Consejo de Bioética del Presidente, mayo de 2005
Una discusión de alternativas al uso de células madre procedentes de embriones humanos.

Supervisión de la investigación con células madre
del Consejo de Bioética del Presidente, enero de 2004
Un examen excepcionalmente exhaustivo y objetivo del estado de la investigación con células madre, llevado a cabo por un Consejo dirigido por el Dr Leon Kass.

El lado oscuro de terapias basadas en células madre embrionarias
de Stephen Barrett, M.D.
Un desenmascaramiento de las prácticas escabrosas de científicos sin escrúpulos en Europa Oriental y en el Caribe, que “curan” pacientes con células madre embrionarias. Quackwatch, marzo 2004

Referencias científicas de fácil acceso: clonación humana, investigación con células madre embrionarias
de Dianne N. Irving
Un artículo ampliamente documentado con citas de publicaciones actuales argumentando que “el resultado inmediato de la reproducción (fecundación) sexual es un nuevo ser humano vivo de una sola célula”.

Células madre embrionarias y clonación: la Ciencia y la Bioética en una encrucijada
de Martin Clynes
Un riguroso artículo de un biotecnólogo irlandés sobre la eticidad de la investigación con embriones
Studies, 2004

Poned fin a la locura de la clonación
de Dr. James L. Sherley, Boston Globe, 20 de octubre de 2004
Un argumento poderoso contra la clonación terapéutica por un investigador en biotecnología del MIT

Páginas web

No hagáis daño: La coalición de nortemericanos para una investigación ética
Una excelente colección de noticias recientes sobre células madre y de artículos seleccionados de periódicos y revistas.

Células madre en el candelero, Public Agenda Alert, 14 de octubre de 2004
Pulsando la opinión pública: la encuestas muestran una ignorancia terrible sobre las implicaciones de la investigación con embriones humanos.

Artículos de colaboradores de MercatorNet
¿Ceder óvulos sin más? Falsas esperanzas sobre curaciones con células madre
de Michael Cook, TechCentralStation, 25 de mayo de 2005

La ética como guía

de Michael Cook, PLoS Biology, junio 2004
"La crítica que hacen Blackburn y Rowley del informe del Consejo de Bioética del Presidente sobre investigación con células madre embrionarias es sorprendente. ¿Dónde ha quedado la Bioética? ….”

¿Ha dejado de repugnar la investigación con vidas humanas?
de Michael Cook, The Age (Melbourne), 19 de agosto de 2003
"Escasamente dos años han bastado para acostumbrarnos a considerar a los embriones humanos como carne de cañón farmacéutica."

Citas útiles

“En la investigación médica con individuos humanos, las consideraciones sobre el bien del individuo humano tienen preferencia sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad.” ~ Helsinki Declaration of the World Medical Association (1964 y ratificaciones subsiguientes)


"Ninguna comunidad, sea la familia, la aldea o el estado, puede gozar de una vitalidad real si no se preocupa de los débiles y aun de los más miserables. Éstos son tan miembros de aquélla como los fuertes y poderosos, y el trabajo silencioso de mantenerlos y cuidarlos, que podría parecer inútil a primera vista, es acaso mucho más eficaz que las labores normales, la cultura o el conflicto histórico a la hora de cohesionarla con lazos fuertes y seguros." ~
Karl Barth,
Teología Evangélica: Una Introducción


“Pienso que las células madre embrionarias van a sucumbir ante el empuje de las células madre adultas” --
Dr Douglas Losardo de Tufts University,
"La médula posee células madre, lo muestran las pruebas.
Washington Post, 2 de Febrero de 2005.

“Todos fuimos niños antes de crecer, pero pocos lo recordamos”
-- Antoine de Saint-Exupéry

“La investigación con células madre adultas va a desbancar a la clonación terapéutica a la hora de conseguir avances significativos en medicina celular. Además, las células madre adultas ofrecen mejores perspectivas. Regeneran y curan de forma natural los tejidos adultos y no presentan inconvenientes de carácter ético.”
James L. Sherley, profesor de biotecnología del MIT
"Poned fin a la locura de la clonación"
Boston Globe, 20 de octubre de 2004

"Me opongo [al uso de células madre embrionarias], pero no por razones de carácter ético. La madre naturaleza formó las células madre embrionarias para que se multiplicaran y las células madre adultas para regenerar y curar. Desafiar las leyes de la madre naturaleza es, cuando menos, peligroso. "
Carlos Lima, experto en regeneración de medula espinal
"Nuevas espereanzas para mujer paralítica"
London Telegraph, 6 de diciembre de 2004

“La cuestión sobre la eticidad de la investigación con células madre se considera a veces como una cuestión religiosa, pero yo la veo primordialmente como una cuestión de derechos humanos y, para esto, me baso en un análisis del hecho biológico. El único momento de transición definitivo, desde una perspectiva científica, en la formación de una nueva persona humana individual, se da cuando el ADN de la madre y el del padre se funden dentro del óvulo fecundado… No hay ningún otro momento del desarrollo que pudiéramos señalar y afirmar de él con seguridad “no existe una persona humana antes de este momento". ¿Pero por qué es todo esto tan importante? Pues bien, a lo largo de la historia, cuando se ha calificado a algún grupo de infrahumano, se han cometido graves tropelías. El uso actual que hacemos del lenguaje, cuando llamamos “sobrantes” o “supernumerarios” a los embriones, oculta la existencia de una persona real y tiende a considerar a estos seres como meros objetos. En el pasado, se rebajaba la dignidad humana de las personas por razón del color de la piel, raza, sexo, condición social, casta y religión. Tal vez el error de esta generación consiste en discriminar a las personas por consideraciones basadas en su fase de desarrollo.”
Dr Martin Clynes, pcatedrático de biotecnología de la Dublin City University
"Células madre embrionarias y clonación: la Ciencia y la Bioética en una encrucijada".
Studies (Irlanda), 2004.

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