UN DERECHO CONSTITUCIONAL

[Eliminar no permite elegir, supone suprimir un derecho, una libertad. Estas actitudes que atentan contra lo que la mayoría de padres españoles eligen para sus hijos viene a confirmar lo que algunos analistas califican de "cristofobia" (...) Resulta paradójico que algunos defensores de las libertades y de la tolerancia política pretendan eliminar el derecho de los padres a elegir si quieren que sus hijos estudien el hecho religioso cristiano. Publicado en «Paraula-Iglesia en Valencia» (18-IV-04) y en Arvo]

#038 ::Educare Categoria-Educacion

por Mons. Agustín García Gasco, Arzobispo de Valencia

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La asignatura de Religión es un derecho de los padres. Son ellos los que tienen el deber de educar a sus hijos. La sociedad y el estado tienen que poner los medios más adecuados para ayudarles en su misión. Los estados con pretensiones totalitarias plantean las cosas al revés, y consideran que la educación es un arma del poder político para hacer ciudadanos a su medida, aplastando la responsabilidad originaria de los padres.

En España, los padres vienen ejerciendo ese derecho con claridad: tres de cada cuatro eligen libremente la enseñanza de religión para sus hijos. Es una realidad social, a pesar de las campañas ideológicas contrarias al sentir mayoritario de los padres de alumnos.

Son los padres los que refrendan que en la escuela haya una materia que refleje el hecho religioso, la dimensión espiritual del ser humano, el fundamento último de su dignidad como hijo de Dios. Son los padres los que valoran hasta qué punto es importante haber estudiado los contenidos religiosos para conocer la faceta espiritual del ser humano. Por ello, faltan al sentir de la mayoría de los padres quienes ven la asignatura de religión como si se tratara de un privilegio para la Iglesia Católica.

Eliminar la asignatura de religión, las expresiones artísticas, la historia o la asignatura de filosofía es lo contrario de profundizar en la libertad personal de cada familia y en el pluralismo social. Eliminar no permite elegir, supone suprimir un derecho, una libertad. Estas actitudes que atentan contra lo que la mayoría de padres españoles eligen para sus hijos viene a confirmar lo que algunos analistas califican de "cristofobia": el deseo de erradicar cualquier reflejo cristiano en la cultura, en la sociedad, en la política. Resulta paradójico que algunos defensores de las libertades y de la tolerancia política pretendan eliminar el derecho de los padres a elegir si quieren que sus hijos estudien el hecho religioso cristiano.

La Iglesia siempre ayudará a que los padres puedan ejercer sus derechos educativos con la máxima libertad y calidad. La Iglesia puede seguir colaborando con la escuela. Expulsando la religión de la escuela, perderían los padres y perdería la propia escuela. Dejaría de ser recinto de pluralismo y de libertad, para reducirse a un coto alejado de los sentimientos y experiencias religiosas que profesan la gran mayoría de españoles y que la Constitución reconoce expresamente.

No es bueno que la escuela forme a futuros ciudadanos incapaces de conocer, reconocer y comprender los sentimientos y experiencias espirituales de su propio pueblo que tan grandes manifestaciones en el mundo del arte, de la pintura, de la escultura, de la literatura y de la creación de las propias Universidades ha tenido a lo largo de la historia.

En la propia escuela con el adecuado método educativo conviene recibir la enseñanza de la religión. Son los padres que quieren esa enseñanza para sus hijos los que deben de tomar la iniciativa social en defensa de sus derechos.

Las iniciativas ciudadanas a favor de la clase de religión deben tener el protagonismo que merece una acción en defensa de los derechos de los padres y en beneficio de una escuela verdaderamente pluralista y de calidad. Sus reivindicaciones y sus modos de actuar muestran a las claras que más allá de los falseamientos de viejos esquemas laicistas, lo que está en juego son las libertades fundamentales de los miembros de nuestra sociedad.