LA CLASE DE RELIGIÓN ES NECESARIA PARA UNA BUENA FORMACIÓN

[El autor de este artículo es catedrático de Lengua y Literatura, ahora jubilado. En esta entrevista publicada en El Diario Vasco (28-X-04), habla de la clase de religión y la considera imprescindible para la formación integral de la persona. «No hay que descuidar la educación en los aspectos más íntimos del ser humano», dice.]

#043 ::Educare Categoria-Educacion

por Santiago Arellano

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- ¿Por qué considera usted necesaria la clase de religión?

- No se trata de una cuestión de conciencia, sino de búsqueda de una formación integral. Los clásicos nos invitaron a cultivar el logos, la razón o entendimiento; el bios, que se refiere al cuerpo y al aspecto vital de la persona, y el ethos, el eje íntimo de la conciencia. En una sociedad plural, este último aspecto tiene diversas respuestas, y una de ellas es la enseñanza religiosa. Descuidar esta formación, que ayuda a distinguir entre lo bueno y lo malo, es dejar sin cultivar algo fundamental. En educación hay un principio según el cual lo que nó se cultiva, se atrofia.

- La dase de religión ¿no puede ser sustituida por una de ética, filosofia, humanismo o espiritualidad?

- Para quien no tenga una opción clara, esa clase podría aportar una visión cultural o histórica de lo que ha sido el fenómeno religioso. Si los padres tienen un compromiso religioso, tienen derecho a pedir para sus hijos aquello que valoran como lo más importante.

- En los centros católicos la asignatura de religión puede ser impartida sin problema...

- Sí, pero hay que aspirar a que el modelo de persona que se desea formar esté presente no sólo en la asignatura de religión, sino en todas las ramas del saber. Detrás de toda materia hay un proyecto de ser humano y la coherencia debería ser absoluta. Eso no es ir contra la objetividad de la ciencia. En una clase de literatura puede salir el tema del parricidio o cualquier otro hecho inmoral. La educación ha de ser integral.

- Un joven de Hondarribia se ha suicidado por acoso de sus compañeros. ¿Cómo evitar estos abusos?

- Son hechos muy tristes é indicativos de por dónde pueden desencadenarse las relaciones entre las personas cuando no hay una educación cuidadosa de su aspecto trascendente. Si el otro para mí es algo sagrado, ¿cómo voy a acorralarle hasta el punto de hacerle perder el autodominio y llevarle a la desesperación? Nos horrorizamos de los exterminios nazis, pero podemos llegar a destruir al otro, sin cámara de gas, por el tipo de relación, que tenemos con él.

- ¿Cómo iniciar el camino del respeto al otro?

- En El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, hay alguien muy sagaz que sabe que puede influir hasta transformar un proyecto personal en algo sometido a la voluntad ajena. Hay visiones de la vida que influyen en quien se está formando, hasta el punto de
llegar a convertirle en alguien desviado de lo que debería ser. Hay que dar una educación coherente con el hombre y su dignidad. Y no sólo como disquisición intelectual.

- ¿Cómo hay que educar?

- Suelo pensar en la frase terrible de Dostoievski: `Si Dios no existe, todo está permitido'. También en la que pronuncia Segismundo en La vida es sueño: 'Atrevámonos a todo'. Que una persona sea dueña de si misma requiere mucho cuidado. La televisión no sólo transmite violencia, sino desprecio al resto de seres humanos. No sólo porque le puedes matar, sino porque le puedes manipular, influir y alterar. Detrás de la violencia en el aula y en el ámbito doméstico hay una pérdida del respeto que merece el otro. Eso es algo que hay que cultivar. No se trata de tolerar al otro, sino de amarle, de cuidar de que alcance el bien que le corresponde.

- ¿Son los jóvenes de hoy diferentes a los de hace unos años?

- En su naturaleza, no. Pero viven en circunstancias distintas que les conforman. Si las circunstancias se adueñan, terminan perturbando. Hoy el influjo de la familia y la escuela apenas llega a nuestros hijos.

- ¿Cuál es la tarea de los padres y cuál la del profesor?

- El profesor es un complemento educativo de la familia. La familia no llega a la formación instrumental, iniciación en los saberes o cultivo de destrezas. Esa es la tarea dominante del profesor. Pero es un desconocimiento de la realidad pensar que todo lo que haces no está relacionado con lo que educa. Educas mientras instruyes. El sentido de la constancia, del esfuerzo y del respeto a los demás se consigue por vía indirecta. Si pides puntualidad no es por disciplina militar, sino porque el que llega tarde rompe el ritmo de la clase que ha comenzado.

- Su satisfacción como profesor...

-Un día en clase, leyendo a Pedro Salinas, una chica lloraba. Cuando terminó la clase me acerqué a ellá. Me dijo que era la primera vez en su vida que leyendo un poema se encontraba identificada con lo que estaba viviendo. Para mí eso era el diez. Sentir una honda emoción, porque aquello es positivo para tí.

- ¿Cómo le gusta que le definan?

- Administrativamente he sido catedrático. Pero siempre me he sentido identificado con la condición de profesor. Etimológicamente ser profesor es manifestar hacia algo un saber. En latín tiene que ver con confesar o proclamar. No me importaría haberme convertido en maestro. Es una palabra que viene de magis, el que aspira a más. Y ministro viene de minas, el que aspira a menos. Luego la vida es como es.